"Hola, qué tal?", tu sonrisa y perdí por goleada.
Te apoderaste al instante de mi ocio Y al fin y al cabo, pude entender que hiciste negocio.
Estoy seguro, compañero,
y me juego mi alma loca,
que no debe existir boca
como esa, en el mundo entero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario